Para Yesid Español, comprar carro nunca había sido su prioridad. Este informático de profesión estaba resignado a usar el transporte público a pesar de las incomodidades.
Se había interesado en algunos modelos a la venta por redes sociales, pero confiesa que tenía prejuicios en cuanto a la idea de adquirir vehículo. Sobre todo, por los largos trancones que tienen lugar cada día en Bogotá.
Adicionalmente, su primer intento de comprar carro nuevo no fue nada gratificante. Entró en un programa de autofinanciamiento con una popular marca de vehículos, a pesar de las altas cuotas. Se salió pocos meses después al no ver los beneficios.
Ya han pasado tres años de este episodio, y aún se encuentra esperando la devolución de más de 8 millones de pesos que invirtió en el corto tiempo que permaneció en el plan.
Un buen día se presentó “un gangazo” según sus propias palabras. Un familiar decidió poner su vehículo año 2008 a la venta a un muy buen precio. Yesid contaba con el resto de un crédito que había solicitado para hacer remodelaciones en su casa que, sumado a unos ahorros, le permitió llevar a cabo el negocio.
Su idea inicial era comprar y revender el carro para adquirir un modelo más reciente. Sin embargo, una situación que al principio parecía negativa, lo hizo cambiar de opinión y mantener el vehículo hasta el día de hoy.
El carro estaba al día con sus documentos, aunque le faltaban los impuestos. El ilusionado joven pagó la deuda, y con esto, el carro quedó libre para hacer el proceso de traspaso. Indica lo que le convenció de hacer el negocio: “Es un carro muy conservador como yo. Yo soy así. No estaba maltratado ni desgastado. Además, lo acabábamos de arreglar y estaba recién pintado.”
A pesar de estar familiarizado con el vehículo, Español no previó que pronto el carro comenzaría a mostrar las costuras. Pero al menos ya podía llevar a su hija a donde quisiera, no preocuparse por la hora de salida, y hacer mejores planes con su familia, incluso fuera de Bogotá.
Fue en uno de estos viajes que la inexperiencia de Yesid como conductor le valió varios problemas, poniendo a prueba la verdadera resistencia del recién adquirido automotor. En pleno paseo desde Bogotá a Carmen de Apicalá (Tolima) todo fue bien, hasta que se pincharon dos llantas. Con ayuda de sus primos, fue hasta el pueblo y logró repararlas para ponerse nuevamente en marcha.
Sin embargo, eso no fue nada para lo que le deparaba más adelante. “Mi mayor preocupación era la batería, hubo que empujar el carro de regreso. Pero lo que me sacó la mano fue que me quedé sin embrague. Me tuve que traer el carro todo el camino en primera y segunda. Entonces el trayecto que duraba 4 horas lo alargué a casi 7 horas para llegar a Bogotá”.
Para cualquiera, esta experiencia le hubiera convencido de deshacerse del carro lo antes posible. Pero, contra todo pronóstico, Yesid decidió mirar la situación desde el lado más positivo: “El carro me trajo sano y salvo junto con mi familia. Ahí fue cuando determiné definitivamente no venderlo. Haber llegado bien, a pesar de todo, fue una satisfacción para mí”.
Así es como este conductor principiante le agarró cariño a su medio de transporte, a pesar de sus fallas. Y aunque tenerlo en buenas condiciones le ha costado tiempo y dinero, dice que aún no lo vende.
Como consejo a quien compra su primer carro, mencionó: “Si tiene presupuesto, cómprelo nuevo. Si no tiene presupuesto, antes de comprarlo, gástese una platica en revisar los antecedentes y mandándole a hacer un peritaje para validar qué fallas puede llegar a tener y cuánto más o menos en costos se le puede ir”.
Vale acotar que, a pesar de la decisión de Yesid de conservar el vehículo, de vez en cuando consulta en internet el valor comercial del carro. Esto a modo de asegurarse de venderlo en el mejor momento sin perder dinero.
No descarta aventurarse nuevamente con otro usado: “porque así como ocurrió ese gangazo, puede ocurrir otro” finalizó. En Autofact queremos acompañarte en los momentos que más lo necesitas. Si compras un carro usado ¡Solicita tu informe, y compra tranquilo!